Con Cristo estoy juntamente crucificado

“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo” (Gá. 2. 20).

Esta es la palabra central para llegar al reposo en Dios. Si creemos en esta Palabra, lo que lamentablemente es altamente inusual, ella se esclarecerá por sí misma. Y esto es lo que por lo general uno no cree. Uno trata de explicarla en lugar de creerla, y con ello, uno, explicando desde su miseria, aparta su salvación, excluyéndose así del reposo en Dios, al que algunos debieran llegar. ¡Qué tú quien lees estas líneas seas uno de estos “algunos”!

¿Por qué no entrar a este reposo, en lugar de permanecer en esta intranquilidad tan dañina y agobiante, con dolores y tormentos autoinfligidos e innecesarios (causados por la incredulidad)?

La verdad es simple y sencilla, tan clara como el cristal: Toda intranquilidad se encuentra en el viejo hombre. Cuando, por medio de la fe en la Palabra, el viejo hombre es realmente crucificado (Ro. 6. 6) y despojado (Ef. 4. 22), cesa entonces toda intranquilidad, y el reposo toma lugar.

Para ilustrar este profundo misterio no hay nada más elocuente que la conocida frase en los avisos de defunción: “N.N. entró al reposo”. ¡Y lo hizo precisamente por medio de la muerte! Mira en Gá. 2. 20. y Ro. 6. 7.

Lo que para muchos es algo desconocido y oculto (por causa su incredulidad), es que, por una fe viva en la Palabra, sea posible morir mientras aún vivimos en este cuerpo; que podemos morir al pecado, y de esta manera, también hacer morir toda la inmensa intranquilidad que existe en nuestra mente y en nuestro corazón, mientras que nuestro cuerpo aún se encuentra bajo una esclavitud de corrupción; pues, estas dos cosas son, con razón, irreconciliables. La Palabra discierne y separa. Una parte es separada ahora; lo otra parte, según nuestra esperanza, lo será pronto, ¡Y por toda la eternidad! ¡Aleluya!

Lo más grande que le puede pasar a un hombre, mientras aun lleva este cuerpo de muerte aquí en este mundo, es que pueda decirse de él que ha entrado al reposo.

 

Reposo en Dios, Elías Aslaksen

Devotional

Aslaksen escribe sobre “entrar al reposo” en el artículo «con Cristo estoy juntamente crucificado». ¿Cómo explicarías esto a otra persona?

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